Políticas públicas y prácticas empresariales que den a hombres y mujeres un trato igualitario y mayor flexibilidad en su empleo son esenciales para armonizar trabajo y familia.
Los roles tradicionales de hombre y mujer orientan al hombre hacia lo que ocurre fuera del hogar y a la mujer a lo doméstico. Esto ha cambiado mucho en la actualidad y debe seguir cambiando.
La mujer hace un aporte fundamental e insustituible en la ciencia y la economía, el arte y la política, y en los más amplios campos de la actividad humana.
Con esto, hace un gran bien, porque tiene una contribución única que hacer y un modo de ser propio que enriquecen a la sociedad toda.
También su presencia en el hogar tiene un valor inestimable. Por de pronto, hace un aporte insustituible por su condición de madre, educadora y formadora de los hijos.
Ambos mundos, la familia…
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