El reto es avanzar hacia un modelo de empresa que responda cada vez mejor a los grandes desafíos económicos, sociales y ambientales de este tiempo, considerando para ello las implicancias éticas de sus acciones y decisiones.
En la gestión de una empresa, la mirada debe ensancharse más allá de la mera dimensión económica. Si algo hay que maximizar es el sentido de lo que se hace y el propósito que se persigue.
La utilidad no puede ser el propósito de una empresa. La utilidad es “la última línea”, la medición del resultado, el registro final de una miríada de actividades.
Y si las cosas se hacen bien, los resultados van a ser positivos. Porque poner en el centro de atención de una empresa las necesidades de los clientes es una receta para obtener buenos resultados. Crear un ambiente de confianza en las relaciones con proveedores y…
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