
En ventas y ante la pregunta de cómo vender más, a veces la respuesta está en el cliente. No en el vendedor ni en el producto.
Todo vendedor(a) entusiasta, con el propósito de tener éxito estudia muy bien los atributos y ventajas de sus productos y servicios para contárselos a todo el mundo, esperando que los encuentren muy interesantes y decidan comprarlos o contratarlos.
Para nuestra sorpresa, eso no siempre ocurre, lo que resulta muy frustrante y comenzamos a preguntarnos qué estuvo mal, en qué estamos fallando. Tal vez pensamos que nos estamos explicando mal, que falta intención, insistencia, actitud vendedora o creerse más “el cuento”.
Si bien puede haber cosas que refinar en nuestro discurso, las ventas no siempre se tratan de las bondades de lo que ofrecemos y mucho menos de nuestros atributos de carácter, sino de lo ajustado que están nuestras proposiciones a…
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