Si la retórica de los directivos no va acompañada de congruencia se puede destruir cualquier intento de convencer a otros.
Este artículo fue revisado en enero de 2022.
El proverbio popular dice: “Hechos son acciones y no buenas razones”. Esta sentencia, parte del bagaje cultural de los pueblos, debería ser una opción de vida para quienes ejerzan o deseen desempeñar posiciones de liderazgo. ¿Qué papel juega la retórica entonces?
Aristóteles en la Ética a Nicómaco nos dice: “… pues tenemos cierto carácter por elegir lo bueno o malo, pero no por opinar” (Libro I, 1112a, 2-3;). En otras palabras, la elocuencia, aquella facultad de hablar o escribir para deleitar, conmover o persuadir, no basta.
La persuasión le exige a un líder más. Esto porque sus opciones de vida serán conocidas por sus pares y subordinados. Y, en especial, influirán en aquellos que debe guiar en su organización, cualquiera sea su…
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