
Un excelente punto de partida para una estrategia ágil es definir el problema estratégico con una pregunta clave. No es trivial.
El análisis del entorno y del contexto interno nos ayuda a deducir en forma simple y clara cuál es el problema estratégico que más presiona a la organización y que, naturalmente queremos resolver.
El problema que nos aqueja puede provenir del ámbito externo (la competencia, una tecnología disruptiva que salió al mercado, u otro) o del interior de la empresa (nuestro marketing no es bueno, el tamaño que tenemos no genera economías de escala aún, u otro).
El ideal es convertir el problema en una pregunta, facilitando de esta forma el ejercicio. Al hacer eso recomiendo tener cuidado de no generar una pregunta demasiado acotada o cerrada. Lo que se quiere es inspirar posibilidades, sin restringir demasiado el espectro de alternativas.
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