El estallido social en Chile obliga a gestionar y poner en práctica una serie cambios para adaptarse y evolucionar velozmente, especialmente a las empresas directamente perjudicadas.
Las turbulencias severas y el caos devastador y violento que explotó en Chile a partir del 18 de octubre recién pasado, impactó severamente a múltiples empresas —al parecer de manera inesperada y en algunas con destrucción vandálica directa en el período inicial—, lo que las obligará a gestionar y poner en práctica una serie cambios para adaptarse y evolucionar velozmente.
Este período poscrisis asociado a transformaciones socioculturales y políticos generacionales e históricos locales con rasgos globales, tomó forma asociado a una demanda ciudadana centrada en lograr mejorías que reduzcan las inequidades y desigualdades percibidas con frustración, rabia, miedo, pena y esperanza, como grandes injusticias a solucionar “ahora”.
En este eje ético moral, los empresarios, como respuesta a esta crisis llena…
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