La estrategia debe ser un proceso, una búsqueda constante de los puntos de inflexión que me permitan generar una marcada diferencia con mis competidores, una curiosidad permanente por detectar una posible creación o agregación de valor en el mercado. Los puntos de inflexión estratégicos son fuerzas externas que no aparecen de la noche a la mañana. Por el contrario, evolucionan con el tiempo. Pero si no estoy pendiente, no los veo.
Esta es una de las preguntas que mayormente me realizan mis alumnos y los ejecutivos que me toca asesorar. La respuesta que siempre doy está compuesta por tres partes. La primera cosa que siempre les digo es que la estrategia no debe ser una camisa de fuerza a la cual me debo apegar religiosamente, independiente de lo que ocurra. No por el solo hecho de que me tomó mucho tiempo elaborar la estrategia,…
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