Sin la plena aceptación y el manejo de emociones, perdemos información y la capacidad de tomar las mejores decisiones.
Las tensiones de la vida moderna, la excesiva competencia en el trabajo, la exigencia de un constante perfeccionamiento profesional, etc., son situaciones que tienden a alterar el estado emocional de la mayoría de las personas, llevándolas al borde de sus propios límites físicos y psíquicos. El resultado, a menudo, es el desequilibrio emocional.
Este desequilibrio puede afectar su vida personal, su trabajo y su desarrollo profesional. Fácilmente se pasa de la rabia al entusiasmo, de la frustración a la satisfacción, sucede entonces que continuamente nos enfrentamos a emociones -propias y ajenas.
¿Cómo utilizar las emociones de forma inteligente para que trabajen en beneficio propio, de modo que nos ayuden a regular nuestra conducta y nuestros pensamientos para obtener mejores resultados?
Los líderes más que otras personas, deben saber…
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