La visión lineal de que el futuro de la organización está más allá ha muerto. Se puede vivir en el futuro si se gestionan tres aspectos, uno de ellos, la distribución del poder.
La aproximación tradicional de las organizaciones consiste en definir una visión deseada y articular acciones de forma estratégica para alcanzar dicha visión.
Esta forma se sostiene sobre una importante cantidad de supuestos que debemos hacer para conducir a la organización desde lo actual a lo deseado, sin mayores contratiempos.
El tema es que, en un mundo cambiante, muchas veces esos supuestos quedan rápidamente obsoletos o fuera de foco, generando la necesidad imperiosa de redefinir la estrategia y cambiar el plan de acción.
El riesgo de ver el futuro como si fuera un lugar al que llegar se basa fundamentalmente con una capacidad lineal de comprender la temporalidad, donde creemos que el pasado está…
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