Las personas racionales diversifican sus inversiones. Es decir, “no ponen todos los huevos en la misma canasta”.
A veces la diversificación de las inversiones es muy efectiva, pues combinando activos se puede eliminar todo el riesgo. Pensemos en una empresa que sufre si el clima es muy lluvioso (una fábrica de helados), mientras que otra se puede beneficiar con este clima (una fábrica de paraguas).
Si se compran acciones de ambas empresas, entonces dependiendo del clima, siempre una gana y la otra pierde, y el resultado conjunto puede ser constante. Un ejemplo análogo se puede hacer con varios clubes de fútbol: ¡alguno saldrá campeón!