
En los modelos de gestión de excelencia importan más las preguntas que las respuestas. Veamos qué son y cómo se aplican.
La gestión de las organizaciones enfrenta desafíos de alta complejidad. Los cambios repentinos en las variables que sustentan su funcionamiento impiden asegurar la proyección en el mediano y largo plazo. La globalización genera una mayor sensibilidad ante determinados hechos políticos, sociales y económicos, en especial si afectan a las potencias mundiales.
Los avances en la tecnología han abierto nuevas posibilidades de hacer las cosas, con notorias mejoras con respecto a las prácticas tradicionales. Lo anterior obliga a buscar nuevas metodología y herramientas que ayuden a enfrentar la realidad actual.
Una respuesta eficaz a este reto se puede encontrar en los modelos de gestión de excelencia. La idea central que los sustenta es que, más que respuestas a los problemas, se necesitan buenas preguntas, que orienten…
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