La baja fecundidad y el aumento en la expectativa de vida explican por qué el sistema de reparto no mejoraría las pensiones.
En 1980, Chile tomó la decisión correcta de sustituir el sistema de pensiones basado en un mecanismo de reparto, por uno de capitalización individual. En un sistema de reparto, la población activa paga cotizaciones con las que se pagan las jubilaciones de los pensionados, y en uno de capitalización individual, los activos contribuyen con ahorros para construir un fondo propio que se usarán para financiar su pensión.
La decisión de reemplazar el sistema de reparto por uno de capitalización individual respondió a la inviabilidad de sostenerlo en un contexto de tasas de fertilidad…
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