La ciencia, la técnica y la economía son los nuevos titanes que representan el espíritu de nuestra época. Son los “atractores” de sentido que orientan una realidad “líquida”, que solo parece ser un veloz flujo turbulento y algo viscoso, lleno de remolinos con zonas de calma aparente. Todo lo sólido se disuelve en el aire frente a nuestros ojos, mientras viajamos haciendo rafting —intentando no darnos vuelta, ni menos ahogarnos— en el río caudaloso de la vida actual.
Este es el contexto temporal, histórico y social, donde las organizaciones y personas luchan por adaptarse de forma inteligente para sobrevivir, crecer y desarrollarse. Hoy la tecnología, el conocimiento y la cantidad de información evolucionan de forma exponencial.
Grandes empresas desaparecen víctimas de la ceguera, la indolencia, o la negación. Para evitar la muerte, deben evolucionar necesariamente frente al avance incontenible e irreversible de las nuevas formas de hacer…
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